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01-10-2012 GIBRALTAR-LA GRACIOSA-LANZAROTE

Gibraltar-La graciosa-Lanzarote


Al dia siguiente llegaba el Jemanya desde el ultimo fondeo en Tarifa.
En la misma terraza del CML, donde hacia un mes acababamos de concretar el viaje, nos volviamos a encontrar, esta vez para comentar las anecdotas y pormenores de aquellas  experiencias por aguas Atlanticas de Huelva y Portugal .
Si realizarlo fue bonito y enriquecedor, poderlo compartir y comentar no dejaba de ser otra gran satisfacción, toda una suerte que Teclo, Cisa y sus tres hijos decidieran contar con nosotros.

No queremos perder la oportunidad de mandaros un fuerte abrazo y muchos besos, alla donde esteis.

Esperando la llegada de la Bruja, que habían cambiado de opinión y al final se unían  para venir a Canarias, comenzamos a preparar el Golden para la travesía, la duración de los días parecían haberse reducido, una vez mas. Esa extraña sensación de incertidumbre revuelta con ilusiones y temores volvía apoderarse de nuestros nervios, esta vez quizás mas entretenida  por no estar solos.
Fede y May acababan de atracar en la Alcaidesa, sus rostros alegres mostraban el cansancio de navegar con el strees de la nula visión, al igual que nosotros las nieblas de la zona le hicieron recorrer las ultimas millas a ciegas.


Tener amigos y además que naveguen y coincidir en el tiempo y lugar no es nada facil, detalle del que todos éramos conscientes, haciéndonos ver que en la vida la amistad es uno de los valores a cuidar.
Los pequeños trabajos se sucedian y con ellos las excursiones a las tiendas de nautica, situadas al otro lado de la ciudad, convirtiendo las bicis en verdaderas furgonetas. Nuria se encargo de confeccionar unas fundas nuevas para los sofás del salón, que ya lo estaban pidiendo a gritos, y el interior tomo otro color.


Con los tres barcos preparados, solo restaba poner fecha al día de partida.
Las previsiones meteorológicas no eran todo lo adecuadas que esperábamos para la larga travesía, la tormenta tropical con el delicado nombre de Nadine, no se dignaba a marchar del archipiélago de las Madeira, su influencia dejaba los alisios anulados.
Tras una semana de continuas consultas a la meteo, parecía que Nadine estaba dispuesta a destruir nuestros ya alterados nervios. Después de unos dias mas de larga y nerviosa espera y al comprobar que su desplazamiento era hacia el NW. Decidimos poner hora y dia para la partida.
Una vez mas entre tantas alegrias, nervios y temores, asomaba la enorme tristeza, la despedida de mis queridisimos padres se acercaba y a pesar de ir asimilandola casi desde el dia que llegamos, ese momento no resultaba nada facil.
Mi idea de quedarnos con ellos un año, la cambiamos y el momento de alejarnos habia llegado, la triste despedida era inevitable, después de pasar la mañana y comer en su casa, con todo el cariño que en esos momentos eres capaz de expresar, creo que nunca el suficiente,  nos despedimos.

Que sepais que os llevo en el corazón,  gracias por ser como sois.

En el CML la reunión de ultima hora se hacia indispensable, después de concretar los ultimos detalles, decidíamos salir con la mañana avanzada. Las constantes y densas nieblas no dejaban margen de maniobra, de hecho desde la terraza apenas veíamos el Golden, a 100 mts de distancia y eran las diecisiete horas, la niebla estaba mas que asegurada para el dia siguiente.
La primera y única etapa, seria fondear en Tarifa, concediendo el tiempo necesario para la prevista llegada de los alisios y dejando que Nadine se acabara de alejar. La intención de ir a Madeira quedaba suspendida.
Después de hacernos la foto de todos los integrantes de la flotilla, nos despedimos de los empleados del CML, el auxiliar con sus tripulantes se perdió entre la espesa niebla y nosotros nos dedicamos a pasar la noche lo mejor que pudimos.




A las once de la mañana soltabamos amarras, mirando el espigon quedaba la ultima  imagen que nos quedo grabada de La Linea,  mi papa despidiendose con una mano en el corazon, gesto que con un millon de palabras no lo podria describir.

Que fácil es ser hijo con estos padres que tengo.



En Gibraltar repostaje obligatorio y primera etapa hasta Tarifa, donde pasaríamos la noche. La travesía hasta Tarifa seria una ceñida imposible, después de intentar mas de cuatro bordos, el faro de Punta Carnero nos avisaba de nuestro inútil avance. Sin opciones le dimos gasoil al motor y pusimos rumbo directo. El fondeo a cubierto del poniente y en la misma bocana del puerto, tenia el incoveniente de las frecuentes entradas y salidas del ferry a Tanger, haciéndolo incomodo, suerte que solo seria una noche. Tras un cómodo desembarco en el mismo puerto, el resto de la tarde la pasamos visitando la ciudad y viendo como el cielo se cubría de nubes bajas, pensando, como no, en la travesía de seis días que estaba por comenzar.





Con el amanecer aun por llegar, el Atlantico nos abría sus puertas y nosotros comenzábamos a entrar, un NW de 10 a 15 nudos que hacia que el motor, aunque a bajo régimen, fuese necesario. Parecía que el alisio quería entrar y esperábamos la salida del sol a ver si con el calor se decidía a soplar. No fue así, y lejos de aparecer, el poco reinante fue calmando, detrás nuestro las amenazantes nubes parecían perseguirnos anunciando que el alisio, por el momento no estaba disponible. Las millas pasaban y el viento no quería prestarnos su necesario servicio, la mayor, como cual toalla tendida, flameaba sin tensión alguna.
Segundo dia de navegación y continuábamos discutidos con el alisio, la única novedad surgió de las entrañas del Golden, el vaso de expansión del agua para el consumo, se había agrietado, vaciando el deposito de 650 litros en la sentina, con ello habíamos perdido mas del 75% de la capacidad. Con la reserva teníamos mas que suficiente, solo el trabajo de volver hacer funcionar el sistema represento el único inconveniente. La suerte de disponer de tres depósitos separados nos evito convertirnos en tigres de Bengala, podíamos ducharnos.
Al tercer dia un mar de fondo del NW, muy suave de dos metros acababa con la monótona navegación. En los barcos la lucha por apagar motores era inútil, los asimétricos con aquel mar de fondo no se soportaban deshinchándose como globos. La resignación al gasoil seguía sin tener remedio. El aviso por radio desde la Bruja de la primera captura de atún, abría un ligero capitulo de distracción a bordo. Al poco nosotros conseguíamos premio, un bonito, "bonito"  subía a bordo, el mal cuerpo que teníamos entre cansados y con el estomago revuelto, nos hizo devolverlo al océano, acción que después  acabaríamos lamentando.






El cuarto dia el mar de fondo había aumentado y el alisio parecía que estaba dispuesto a actuar, a las cinco de la tarde se erigió en verdadero protagonista del la película, todo lo que no había soplado en los días anteriores lo estaba haciendo de golpe. A las siete de la tarde y con el sol ya acostándose, las rachas llegaban a los 25 nudos, las olas dejaron de ser mar de fondo para adquirir una importancia, que a nosotros no acababan de gustarnos.

Aquí todavía no eramos conscientes de la que se avecinaba.
Cuando la noche ya estaba mas que puesta, los dos actores principales, el viento con rachas de 35 nudos y las olas que asomaban por encima de nuestra popa, continuaron siendo los protagonistas del guion, dedicándonos en la mas absoluta oscuridad un acto de verdadero terror Al Golden le salían crujidos del alma, nunca antes habíamos oído tantísimos ruidos. Todo parecía estar suelto, con el surf arrancaban tales vibraciones que parecíamos estar en el Apolo XII a punto de despegar. A nosotros se nos acumulaban los temores de si aquel tremendo mar acabaría destrozando nuestra querida nave.
Depositábamos toda nuestra confianza en el piloto automático, que hasta el momento no habia mostrado temor alguno, de vez en cuando saltaba la alarma off course, avisándonos que quedábamos sin gobierno. Alguna ola atravesada del NW había chocado contra el costado, provocando unas guiñadas que el incansable piloto no aguantaba, esto se repetiría a lo largo de toda la noche. Aun asi, preferíamos estar abajo con el sentido del oido bien despierto,  y bien agarrados para no caer, la bañera se hacia demasiado incomoda para soportar los continuos traqueteos, que junto a la escasa visibilidad conseguían que nuestra presencia en cubierta fuese inútil. A través de la vhf las conversaciones eran continuas y el Jemanya a través de la voz de Teclo, conocedor de estos mares, transmitía mensajes de tranquilidad. Para nosotros aquello era un inmenso y mojado infierno, los ojos desorbitados y el constante jadeo de nuestro querido grumete Sky asi lo reflejaba.
Aquella noche contenía las mismas horas que todas las anteriores, pero su duración se hacia eterna, la idea de navegar por el mundo se tambaleaba al mismo ritmo que las escoradas del Golden. Nuestros pensamientos daban vueltas sobre lo agustito de estar en puerto leyendo, navegaciones con mala mar.
La idea de convertir el Golden en una autocaravana se nos paso varias y repetidas veces por la mente.
Con las primeras luces del alba, el viento había quedado en los 20 nudos y el mar parecía darnos un respiro, pero mas bien era que nos estábamos habituando a la situación. Quizás el poder ver por donde te iban atacar aquellas montañas de agua en movimiento, hacia mas llevadera la situación.




El Jemanya ya no estaba a la vista,  la Bruja continuaba a nuestro alcance visual.
Por la vhf recibíamos la noticia que habían acelerado para llegar de dia a la isla de La Graciosa.
Nuestro gps decía que habíamos de hacer una media mas alta si queríamos llegar con la luz del sol. Le dimos mas metros al genova y arrancamos motor hasta hacer mas de siete nudos, la idea de pasar otra noche en aquel infierno no nos convencía nada.
A las diecisiete horas May nos gritaba por la vhf, “TIERRAAAAAA”, a Nuria se le apareció la virgen Maria y a mi el belén entero, creo que a Cristobal, el de las Indias, le debió pasar algo similar cuando Rodrigo De Triana le grito lo mismo desde lo alto de la cofa.
Todavía nos preguntamos que apariciones tuvieron a bordo de La Bruja, si todos los santos estaban ocupados con nosotros.
A duras penas, entre el difuso horizonte, se distinguía la silueta de las islas.
Nuestras cansadas almas recobraron los colores y las risas se transmitían por las ondas. Dos horas después entrabamos en el canal entre Lanzarote y La Graciosa, por la vhf el Jemanya nos comunicaba que en el puerto nos concedían un amarre. El mar que desde hacia una hora se había quedado plano, parecía decirnos bienvenidos y un hasta pronto.




Con la flotilla amarrada y todos los integrantes reunidos en una de las terrazas, la conversación no hace falta que os diga sobre que giro.


Me llamo la atención un comentario de Teclo, sobre lo normal de aquellas condiciones,
Algo que me decepciono y mi mente se negaba a aceptar, no podía ser que la navegación con los alisios fuese tan dura, pensaba en la cantidad de barcos de todos los tipos y tamaños, de sus tripulantes con edades desde un año a setenta, y me costaba creer que soportaran aquellas duras condiciones sin que nadie comentara nada al respecto.
Aquella noche denominada por nosotros “LA NOCHE DE AUTOS”, acababa de crearnos un trauma, del cual, no sabíamos cuanto tardaríamos en recuperarnos, consiguiendo que nuestras ganas de navegar quedaran heridas.
Todas aquellas reflexiones no ocultaban la inmensa alegría que sentíamos de estar en aquella minúscula isla. Con aquel exquisito aire marinero, desde la mesa que ocupábamos la visión era mas que espectacular. La cara norte de Lanzarote con aquel color negro del escarpado acantilado, entre el verde de las aguas del canal y el azul del cielo nos recompensaba de todos los miedos vividos en las ultimas horas.
Alguna lagrimita de esas que solo las grandes penas o las inmensa alegrÍas saben hacer salir, recorrió mis mejillas.



El oficial del puerto nos comunico que solo teníamos amarre por una noche. El fondeo a escasas dos millas estaba en la playa de los franceses, un lugar para no olvidar, como toda la isla, con fondo de arena y proximo a la playa, no tardamos en bajar los botes y darnos unas excursiones a los pequeños volcanes que estaban a la vista.



Si a ras de suelo el sitio era espectacular, desde arriba adquiría una belleza salvaje, aquella aridez del terreno rodeado por el azul intenso del océano, la visión de los volcanes , y los islotes de Roque del Infierno y Alegranza, unido a la absoluta ausencia de construcciones, nos mostraba todo el encanto que el lugar poseia.. Aquello no parecía pertenecer a la actual España, donde por cada palmo de costa, hay mil edificios, toda una suerte y ojala los residentes de la isla sigan conservándola como hasta ahora.

sin duda, estabamos en tierra de dioses







Al dia siguiente preparamos bocatas y fuimos a alquilar bicis, pasamos el dia recorriendo sus solitarias playas y senderos.





La tónica seguía siendo la misma, todo muy cuidado y natural, llegamos al pequeño pueblo y único de toda la isla,  Pedro Barba. Antiguamente poblado de pescadores, donde los atunes se conseguían en la misma orilla, hoy convertido en núcleo de segunda residencia. Muy limpio y con un pequeño embarcadero donde atracan los pequeños ferrys que traen a los turistas. La pena es que no había ni un chiringuito donde tomar algo fresco, el recorrido con las bicicletas fue muy duro hasta allí y llegamos todos sedientos pero no de agua claro. Este fue el unico rincon de la isla donde habia, aparte de nosotros mas seres humanos.


La vuelta en bici a la pequeña isla nos obsequio un dia muy entretenido y tambien difícil de olvidar.
Después de refrigerarnos el interior, con las pertinentes cañitas, la tormenta que habiamos visto venir desde las alturas se encargo de hacerlo por nuestro exterior, todos calados y contentos nos fuimos a descansar.


En menos de una hora el revuelo asolaba el  fondeo, los auxiliares a la carrera, el viento arreciando por encima de los 20 nudos, y un velero rebelde que se iba sin tripulación.Tras pasarnos a nosotros a escasos metros se dirigía a la Bruja, Fede sin tiempo para nada arranco motor y con el ancla arrastrando se desvió del mas que posible abordaje. Tras el paso del núcleo tormentoso y con la embarcación a la deriva decidimos ir en su busca, después de capturar al salvaje velero y con un arduo trabajo para recoger su fondeo, (molinete manual arcaico,a oscuras y sin instrucciones de uso) lo devolvimos al resguardo de la ensenada, su destino era la dura costa de Lanzarote. Con la satisfacción del deber cumplido, continuamos con el descanso, la noche ya era cerrada.




En una de las ascensiones vimos una playita que parecía pertenecer al mundo de los duendes y las hadas,desde el fondeo no quedaba muy distante y con los botes era posible ir. Como ponernos de acuerdo no resultaba grandes esfuerzos, a la  mañana siguiente con la ilusión de Dora la exploradora , ya estábamos navegando en su dirección. 
Esta ocasión no voy a poner adjetivos, ya me quedan muy pocos y los reservo para otros lugares, estamos seguros que vosotros alguno encontrareis .



Nuestras caras mostraban  una vez mas la fortuna del momento.


Después de una mas que entretenida semana en la coqueta islita, donde  no dejamos un rincón por recorrer, había llegado el momento de zarpar.
La ausencia de fondeos nos obligaba a poner rumbo al sur de Lanzarote. La travesía a vela con ayuda motorizada transcurrió tranquila y placentera, a la altura de Arrecife el currycam aviso de captura, antes de poder responder vimos como un gran pez asomaba del agua y dando tal tirón se llevo todo el aparejo, creo que hubiera sido el trofeo de nuestras vidas, otra vez sera.
A las 18h dejábamos caer el ancla a diez metros de profundidad, la playa de Papagayo  a escasos quinientos metros, y un ligero mar de fondo mecía las embarcaciones. La vista desde allí se hacia querer, el canal entre las islas de Lanzarote y Fuerteventura con la isla de lobos en medio era por si solo una verdadera postal.


La playa se presentaba complicada de alcanzar, una orillera hueca de casi un metro parecia esperarnos para darnos algun mordisco. Con la herramienta de la calma y la paciencia, y después de varias vueltas logramos varar los botes, la arena repleta de turistas en bolas nos hacia sentir fuera de lugar, aun así disfrutamos del baño y paseos hasta la caída del sol.
Llevábamos dos días y un aviso de temporal del SW acabo con nuestra tranquilidad.
Aun estaba muy reciente el susto de la ultima noche de navegación, como para tener el mínimo de calma necesario. Enseguida comenzamos a buscar amarres, por Internet Fede encontró en marina Rubicón dos amarres privados, después de las llamadas y acordar el precio, decidimos ir con los auxiliares a conocer el puerto.
El lugar cuidado con sumo esmero tenia todo lo que una tripulación pueda desear. Toda clases de restaurantes, bares, terrazas, supermercado, boutiques, piscina y un sin fin de servicios, pareciera un gran parque temático.




Después de recorrerlo detenidamente y quedar asombrado, por lo cuidado, exótico y glamuroso del lugar, no nos pareció mal para estar unos meses. A pesar de no sentirnos identificados con el sitio, las embarcaciones allí amarradas parecían haber salido de una revista de diseño. El transmundista Golden, con sus mountain bikes oxidadas, amarradas en cubierta con cinchas de colores, unido a toda la suerte de colchonetas cada una de un color esparcidas debidamente por toda la cubierta, no parecían encajar del todo bien en aquel precioso puzzle.
A día siguiente nos dirigimos con el Golden a hacer la entrada,  nos hicieron amarrar en el muelle de espera pues capitanía estaba cerrada. Nuestra sorpresa fue cuando vimos aparecer a los marineros con la cinta métrica, solo les falto medir el espacio aéreo del mástil. En capitanía, muy amablemente nos comunican que nuestro querido Golden no puede estar en un amarre de 15 mts. sus medidas daban una eslora de 17,6 mts, lo que representaba un amarre de 18 mts. Pero como no haban disponibles nos cedían uno de 20 mts, eso si rebajado a 1200 euros. Nuestras caritas no cabían en la oficina, después de salir del pasmo y con la voz desencajada, le respondimos también muy amablemente, que lo considerábamos un pelin excesivo. Después de abonar los 68 euros por la noche de amarre, nos despedimos todo lo dignamente que supimos.
En nuestro interior pensábamos lo caro que resultaba poseer un barco pirata y quererlo encajar en aquella elitísta marina.
Un consejo, si a tu barco no le brillan los aceros y te hacen destellos cuando ríes en los dientes, olvídate de amarrar en Marina Rubicon.
Cuando caminabamos por aquel cuidado puerto-jardin botanico, en mi interior habia una sensacion de que algo no acababa de cuadrar, ahora ya sabia lo que era, nuestro Golden y sus tres tripulantes no entraban en la categoria que el delicado derecho de admision exigia. 
Reunión de emergencia y a buscar una solución, después de varias llamadas, en la isla de Fuerteventura al fin apareció un puerto con amarre disponible, el Gran Tarajal.
Con medio dia perdido en tan inútil tramite y un enojo interior difícil de ocultar decidimos partir, aquí nos separábamos involuntariamente de nuestros queridos compañeros de aventuras.
Una vez mas, esta elegida manera de vivir nos hacia enfrentarnos a una inesperada y triste despedida.